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domingo, 29 de marzo de 2015

5 trampas de las tarjetas de crédito en las que no deberíamos caer

El número de tarjetas de crédito que había el pasado año en circulación en España era de 43,24 millones. Una cifra que ha ido aumentado año tras año y que se ha multiplicado por más del doble desde el año 2000. Las tarjetas de crédito, así como las de débito, se han convertido en uno de los medios de pago más habituales de nuestro tiempo, sustituyendo poco a poco al efectivo. Sólo durante el año 2014, se realizaron alrededor de 2.503 millones de compras con tarjetas en España por un importe de aproximadamente 105.854 millones de euros. Unas cifras nada desdeñables, según detalla HelpMyCash.com
Pero, ¿somos conscientes de cómo funcionan realmente las tarjetas de crédito? A continuación, cinco trampas en las que no deberíamos caer:

Gratis, pero con consumo mínimo
La mayoría de los bancos promocionan sus tarjetas aludiendo a que están exentas de cuotas de emisión y de renovación, es decir, a que son gratis. Si bien es cierto que la emisión gratuita es bastante habitual, muchos bancos exigen que sus clientes realicen un consumo mínimo anual con el 'plástico' para evitar la comisión de renovación. Así que antes de contratar una tarjeta de crédito que venga acompañada del eslogan 'gratis', corroboremos que realmente es gratis y que no tiene condiciones ocultas. La tarjeta de crédito de ING Direct, por ejemplo, además de tener una de las TAE más bajas del mercado, es gratis siempre.


Tarjetas con el pago aplazado "de fábrica"
Como bien sabemos, las tarjetas de crédito admiten distintas modalidades de pago: o bien se puede pagar todo a final de mes; o bien se puede aplazar el pago de las compras, fraccionando el importe. La primera modalidad está exenta de intereses, es decir, se paga lo que se gasta. En cambio, aplazar las compras conlleva el pago de intereses, que pueden rozar casi el 30 % TAE. El problema no radica en el gasto extra que supone financiar una compra, al fin y al cabo, nos están prestando dinero y eso tiene un coste, sino en no saber qué modalidad de pago tenemos en la tarjeta.
Tenemos que averiguar qué modo de pago trae incorporado nuestra tarjeta una vez recibida y, de no ser el que nosotros queremos, cambiarlo antes de pasar la tarjeta por un datáfono. Así evitaremos creer que, por ejemplo, estamos pagando nuestras compras sin intereses cuando en realidad estamos financiándolas todas.

Sin intereses, pero con comisiones
Esta característica es propia, sobre todo, de las tarjetas de compra que emiten algunos centros comerciales. Por ejemplo, la tarjeta de compra de El Corte Inglés permite financiar las compras superiores a 90 euros a 3 meses sin intereses, pero con unos gastos de gestión asociados a la operación de entre 3 y 12 euros. Por lo que, aunque el TIN sea del 0 %, la TAE, lógicamente, no lo será. Eso no implica que no sea una buena opción y que, al final, el coste total sea menor que utilizar una tarjeta con intereses, pero sin comisiones. Hay que tener en cuenta todas las variables.

Devolución de una parte de las compras
Se trata de una de las ventajas típicas más utilizadas por las entidades de crédito para captar clientes. Se pueden encontrar tarjetas que devuelven hasta un 5 % del importe de las compras, como la tarjeta de crédito de Bankinter. Sin embargo, al leer la letra pequeña nos daremos cuenta de que lo que parecía una gran ventaja, no lo es tanto, ya que la mayoría de los bancos suelen aplicar la devolución únicamente sobre las compras aplazadas.

Sacar dinero cuesta dinero
A diferencia de lo que ocurre con las tarjetas de débito, retirar efectivo de un cajero automático con una tarjeta de crédito no es gratis, salvo contadas excepciones, como la tarjeta de Bankinter que permite sacar dinero gratis a débito. La comisión que se aplica sobre el dinero dispuesto suele ser de entre un 4 y un 5 % con un mínimo de unos 3 euros. A la comisión hay que sumarle el interés aplicado al dinero prestado. Así que cuidado con retirar efectivo con una tarjeta de crédito, ya que puede acabar saliendo muy caro.
A pesar de lo anterior, son muchas las ventajas que tienen las tarjetas de crédito. Al final, el problema suele reducirse a no conocer el producto que realmente llevamos en la cartera. Bien estudiado, puede ser un gran aliado, sobre todo en situaciones en las nos falta liquidez o tenemos que desembolsar una cantidad importante de dinero. Además, hay tarjetas que, además de ser gratis año tras año, incorporan suculentos descuentos en todo tipo de compras, como la tarjeta de ING Direct o la tarjeta de crédito de Openbank.
Hay tarjetas con las que, incluso, es posible ganar dinero, como con la tarjeta de crédito de bancopopular-e que, además de ser gratis, obsequia con 25 euros de regalo a sus titulares tras la primera compra o retirada de efectivo.

De estas tarjetas hablaremos más detenidamente en futuros posts.

sábado, 23 de marzo de 2013

¿Porque las tarjetas nuevas se emiten con modalidad de pago aplazada?

Es "bien sabido por todos" que cuando recibimos una tarjeta de crédito esta viene con la modalidad de pago aplazado al mínimo (18 euros). La mayoría de la gente desconoce condición particular de su tarjeta. ¿Y porque esto es así? Muy sencillo:

Punto 1: Una tarjeta de crédito es una herramienta de autofinanciación. La manera mas "lógica" de utilizarla es cuando el cliente necesita un ingreso extra de dinero o la financiación de alguna compra puesto que esta puede ser elevada y con el sueldo o el dinero en cuenta corriente no alcanzar para realizar el pago, entonces para ello solicitan el crédito y se suele aplazar en varios meses.

Punto 2: Muchos creerán que es estrategia del banco para así cobrar intereses al menos durante el tiempo en que nos demos cuenta de ello. Puede ser. Pero el banco en este caso se cubre las espaldas puesto que no solemos leernos el condicionado de la tarjeta y no solemos realizar gestiones para una correcta financiación. Solo activamos la tarjeta mágica que da dinero sin preocuparnos como vamos a devolver ese dinero después... Aplazándolo al mínimo se evitan la devolución de muchos recibos. Pongamos como ejemplo un cliente que le dan una tarjeta con un límite de 3000 euros, empieza a utilizarla a diestro y siniestro y lo utiliza todo. Si la modalidad de pago fuera al contado vendría un recibo de 3000 euros. En los tiempos que corren poca gente suele tener 3000 euros en la cuenta así que si esto fuera así la mayoría de las veces el recibo seria devuelto con sus correspondientes gastos e intereses.

Para evitar sorpresas en nuestra factura lo mejor es tomar cinco minutos y leer nuestro contrato y las condiciones particulares. Y si no lo entendemos pues preguntar al servicio de atención al cliente o nuestra sucursal. Si después de esto seguimos sin tener claro como funciona mejor no hacer uso de ello.